Cuando viajamos al otro lado del charco para visitar alguna ciudad de los Estados Unidos, el ciudadano que no está acostumbrado a dar propinas siempre se queda sorprendido por la norma no escrita de dejar buenas propinas en bares y restaurantes. Esa costumbre se debe a que buena parte del sueldo de los camareros es lo que reciben de propinas por el buen servicio que hayan dado al cliente. La propina que se debe dejar a la hora de pagar es entre el 10% y el 15% del montante total de la cuenta. ¿Es obligatorio? No, pero la situación a la que te puedes enfrentar puede ser un poco tensa.
Comprobante de de la propina y foto del perro al que ayudó. |
La noticia está en Nueva Jersey, donde un hombre dejo 1.000 dólares de propina a una camarera. Os preguntaréis porque ese buen samaritano dejo tal cantidad de dinero. Pues bien, el hombre se encontraba en una cafetería cuando la camarera, Christina Summit se acercó para atender su mesa. Se pusieron a charlar y ella les contó que su perro, un cachorro mezcla de Labrador y Gran Danés estaba enfermo. El animal se encontraba en el veterinario ya que acababa de ser operado después de haberse tragado una bola de plástico. Christina le comentó que necesitaba reunir 2700 dólares para pagar la cirugía y que haría todo lo posible por conseguirlo. La sorpresa para la camarera fue enorme cuando fue a recoger lo que había pagado el cliente. Imaginaros su alegría al ver que ese hombre había dejado 1.000 dólares como propina. Una gran ayuda que le serviría para hacer frente a la operación de su mascota.
Las bebidas y la cena solo le habría costado 80 dólares. Al principio ella se negó a aceptarlo pero él le convenció para que lo aceptara porque su perro lo necesitaba. Gente así hay poca en el mundo. Tampoco quiero decir que todo el mundo debería dar grandes cantidades de dinero a desconocidos, pero si ser un poco más empáticos con lo que sucede a nuestro alrededor y dejar de mirarnos tanto el ombligo.
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