domingo, 17 de abril de 2016

El colchón soplón de infidelidades

La confianza plena en la pareja es primordial para que la relación prospere. La pena está en que en el ADN humano existe la posibilidad de cometer una infidelidad a tu media naranja. Algunos saben reprimir ese instinto y valorar su matrimonio, otros en cambio se dejan llevar por la lujuria y pegar un buen mordisco a la manzana prohibida.

Muchos casos de cuernos no son descubiertos, ¿os imagináis que un colchón sea el soplón de una infidelidad? Durmet, una empresa española dedicada a la fabricación de artículos de descanso lo ha hecho posible. Su colchón Smarttress, con una apariencia muy corriente, tiene incorporados 24 sensores ultrasónicos capaces de captar movimientos sospechosos en la cama. Además, gracias a una aplicación para móviles, puede informar a la persona engañada. Durmet vio una buena forma de sacar tajada al ver los resultados de un estudio sobre infedilidad. 

"Viendo los últimos estudios sobre infidelidad en España, donde dicen que los españoles son los europeos más infieles, y siendo el lugar preferido para hacer el amor la propia casa, se nos ocurrió lo que podía dar tranquilidad a hombres y mujeres no sólo durante una noche, en las horas de descanso, sino también durante el día, cuando se ausentan del domicilio para ir al trabajo", declaraba José Antonio Muiño, portavoz de Durmet durante la presentación del colchón.

Me imagino que si las ventas de este colchón suben como la espuma, solo pueden suceder dos cosas: los abogados especializados en divorcios tendrán más trabajo que nunca, o bien se reducirán los divorcios y por fin los matrimonios cogerán más consistencia. Aunque ahora que lo pienso, puede haber una tercera opción más que probable: los hoteles baratos tendrán un porcentaje de ocupación casi del 100%.

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martes, 12 de abril de 2016

Planea casarse con su madre biológica después de reencontrarse con ella

Ser madre joven no es tarea fácil. Tener un hijo comporta muchos cambios en la vida de una mujer, y a ciertas edades puede implicar la renuncia de proyectos que tuvieran en mente. Además está el tema de los estudios, ser madre demasiado pronto dificulta el poder compaginar trabajo, estudios y cuidado del bebé. El último pero sería el nivel de madurez de esa mujer a la hora de ser madre, dejar de lado a tus amigas y no salir tanto de fiesta es demasiado tentador. ¿Porqué hablo de los contras y no de los pros de ser una madre joven? Son las principales razones por las que esas madres dan sus hijos en adopción, no se sienten preparadas para ello o no pueden afrontarlo.

Ben junto a su madre Kim.
Ben Ford fue dado en adopción y 30 años más tarde buscó a su madre biológica hasta que la encontró. Hasta aquí, la historia es de lo más normal e incluso podríamos catalogarlo de emotiva. Pero si os digo que en el momento del reencuentro ambos sintieron una enorme atracción, ¿cómo os quedáis? Si aún estáis en estado de shock, esperad. Ben está planeando casarse con su madre, Kim West, y ser padres. Es más, Ben terminó dejando a su actual mujer para poder empezar una vida nueva junto a Kim. La explicación que le dio fue un tanto chocante: “Desde que conozco a mi madre, cada vez que tengo sexo contigo necesito imaginar que es ella la que me está besando”. Si ya es difícil digerir una ruptura, imaginaros este panorama. Por mucho que queramos entender la situación, es un caso de incesto. Por ello los dos tortolitos están buscando un lugar al que mudarse donde no sean ilegales las relaciones de incesto como en el estado de Michigan.

¿Puede llegar hasta esos niveles el denominado “amor de madre”? Está claro que en el mundo que vivimos debemos tener una mente abierta, aceptar y respetar a la gente que nos rodea, pero ¿hasta qué punto? Es decir, en este caso que os cuento, las dos partes implicadas tienen la mayoría de edad por lo tanto tienen plenas facultades para decidir qué quieren hacer con sus vidas. ¿Sería socialmente aceptada este tipo de relación? En mi caso, me choca y en una pequeña parte de mi me provoca repulsión. Vamos, yo que crecí viendo los dibujos de Marco, junto a su mono Amedio, buscando desesperado a su mamá, es normal que me cueste, ¿no?  Pero pensándolo fríamente y dejando a un lado mis valores, ¿quién soy yo para decidir si es correcto o no? Supongo que si realmente se quieren deberíamos dejarles vivir su extraño romance. Total, ella no ha ejercido de madre para él a lo largo de su vida, es posible que la pueda mirar con otros ojos.

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