Pechos al aire y ¿San Fermín para donde mira?

Ayer finalizaron los San Fermines con el "Pobre de mi" tras 9 días de festejos en la ciudad de Pamplona. Sus populares encierros matutinos, con 6 heridos por hasta este año. El séptimo encierro resultó dramático al bloquearse la entrada a la plaza de toros por una multitud de corredores, causando un angustioso tapón de gente y provocando 19 heridos, uno de ellos muy grande. Aún gracias que no hubo ningún muerto.

Pero la noticia que ha causado más revuelo es que a las fiestas de San Fermín le han salido pechos. Durante los últimos años, se esta empezando a ponerse de moda el destape de mujeres, la mayoría extranjeras, mostrando sus pechos a la multitud. Esto se produce el día del chupinazo, cuando empiezan las fiestas. Y es ahí, donde corre el vino que da gusto, la gente va cocida hasta las trancas y en un estado de embriaguez rozando la locura. Algunas chicas son alzadas, entonces ellas, con cuerpo presente y alma en un nirvana absoluto, muestran sus pechos empapados en vino a la masa enloquecida. ¿Qué pasa entonces? Pues una panda de machos en celo se abalanzan a la chica y la manosean hasta saciar su sequía personal. Parece que más de uno no haya visto un pecho en su vida. La chica en cuestión, en ese momento no es consciente, pero es un cacho carne para todos los depredadores de su alrededor, aprovechan el subidón en que se encuentra la chica para abusar de ella. A algunas les arrancaron hasta la camiseta. Vergonzoso. 

No tardaron en saltar a la palestra las organizaciones feministas, que opinaron sobre el asunto. Para ellas es un abuso en toda regla hacia la mujer. Para ellas y para muchos. "Es un acoso sexista, un acto de dominación masculina" dicen. "Que una mujer muestre sus pechos no significa barra libre para todo el mundo" aclaran. Más de un pajillero saldrá en su defensa diciendo que las chicas van provocando y que ellas buscan eso, que las manoseen. Vamos unas frescas que no veas. Claro, y tu un monaguillo suelto por la plaza, pobrecillo.

El gobierno pide eliminar todas las imágenes deplorables de acoso a las mujeres para defender las fiestas de San Fermín. Me imagino que algún que otro desesperado, pedirá antes que le manden una copia de la foto para tener un recuerdo de cuando llegó a acercarse tanto a una mujer, o para enseñárselo a sus colegas y tener constancia de ello. Un campeón para su círculo de amigos, un depravado a ojos de otras mujeres. 

Las fiestas pamplonicas siempre van marcadas por el desenfreno de los asistentes y eso no debe de cambiarse para nada del mundo, pero puede que en algunos momentos pisar el freno y hacer un ceda, iría bien.