jueves, 29 de mayo de 2014

En busca del dinero escondido

Afortunados que encontraron el dinero de Hidden Cash.
Cualquiera te pueda sorprender, hasta los millonarios. Yo que pensaba que estos solo miraban su propio ombligo, pero va uno y me desmonta mi razonamiento. Una persona anónima se ha dedicado a esconder billetes por toda la ciudad de San Francisco, cualquier rincón le vale para dispersar parte de su patrimonio: papeleras, estancos, parques, farolas, playas o una zona en obras. La cuestión es que este millonario, vía una cuenta Twitter (@HiddenCash), publica las pistas para hallar el botín. Con acertijos y fotos ha conseguido que la gente entre en el juego, los afortunados cuelgan en las redes sociales la foto con el premio. 

Hasta la fecha, lo único que se sabe de este personaje tan solidario es que tiene una edad entre 35 y 45 años y define su acción como un experimento social anónimo. "La gente se queja que aquí el precio de los bienes inmuebles es bastante alto y que yo me he beneficiado de ello. Mi intención es hacer algo divertido para la ciudad de San Francisco, algo que pueda entusiasmar a la gente". Esas son las únicas declaraciones del personaje que ha montado todo este tinglado, lo dijo con un email que envió a todos los medios.

Desde el pasado jueves ya son 4.000 dólares los que se han repartido por la ciudad. Ahora el misteriosos millonario planea llevar esta idea a ciudades como Los Ángeles y Nueva York. Su cuenta de Twitter ya cuenta con 230.000 seguidores, y subiendo

Hay dos formas de tomarse esta acción solidaria. Lo puedes ver como que un millonario quiere donar parte de su patrimonio para gente mucho más necesitada que él, o bien lo puedes ver como un alarde de poder. Sea cual sea la versión que elijas, no me digas que no te gustaría que algún ricachón de aquí hiciera lo mismo. Por decir algo, no estaría nada mal que uno de estos que nos han estafado, llámese Millet, Rato o Urdangarín (son los primeros que me han venido a la cabeza), soltaran dinero y lo repartieran entre todos los españoles. Ay, Rottan, sigue soñando...¡Qué cosas digo! Soy un iluso.

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