Hay una obra que se ha estrenado hace unos días que va como anillo al dedo con los numerosos casos de corrupción destapados y el descubrimiento de jugosas cuentas en paraísos fiscales. La obra de la que os hablo es "Maldita fortuna", otra joya teatral de Francis Veber, autor de "La cena de los idiotas". Maldita fortuna nos trae personajes cotidianos con los que nos podemos ver reflejados y con una moraleja importante: el dinero no lo es todo.
El protagonista de todas las obras de Veber. François Pignon, vuelve a los escenarios pero aquí en España lo conoceremos como Agustín, que está interpretado por un magnífico David Fernández. Un actor con una habilidad notable para hacernos tronchar de risa y reconocido popularmente como Chikilicuatre por su actuación en Eurovisión. Como quería saber más sobre la obra, lo entrevisté para saber sus impresiones y comprobar que hay mucho más en el currículum de este actor de lo que la gran mayoría conoce.
- David, te hemos visto hacer un montón de cosas, incluso has cantado en Eurovisión. ¿No tienes nunca un no en tu trayectoria profesional? Parece que te atreves con todo.
Pues tengo varios no en mi carrera, hay cosas que apetecen menos de hacer. Puedo dar gracias que siempre he tenido trabajo, porque hoy en día es todo un logro. Ha habido épocas en las que estado en televisión, radio y teatro casi al mismo tiempo, pero ahora, como ya me hago mayor, me lo tomo con más paciencia. Prefiero hacer proyectos uno detrás de otro.
. ¿Cómo te defines profesionalmente? Tienes una habilidad nata para disfrazarte e interpretar una amplia variedad de personajes.
La gente se acuerda de todos esos personajes que hice sobretodo entre 2002 y 2008. Pero yo empecé haciendo papeles más serios en el teatro,. Si que es verdad que se me ha visto más en el terreno de la comedia y si te digo la verdad me moriría haciendo comedia si hace falta. Me encanta hacer reír a la gente. Con los años vas aprendiendo y coges esa facilidad de cambiar de registro, tantas pelucas puestas tiene que servir para algo. (risas)
- La mayoría de veces te hemos visto haciendo humor. De vergüenza tienes poca, por lo menos en el escenario. ¿La clave es reírse de uno mismo?
No la clave es reírse de ti (señalándome a mi, risas). Evidentemente, tienes que reírte de ti mismo. A mi me conocen por personajes que he hecho como el Chikilicuatre, y no me molesta para nada. Es más, para mi lo más bonito es cuando pasa alguien por mi lado y sonríe, pienso que le habré alegrado el día porque habrá recordado alguna escena graciosa. Es genial.
- ¿Qué personaje, de los que has interpretado, recuerdas con más cariño?
Puede que el Chikilicuatre es el que ha tenido mayor repercusión pero mi preferido es el Santi Clima. Me acuerdo de otros pero este me gustaba mucho. Un personaje que quería hacer comedia pero siempre estaba llorando. Me moría interpretándolo.
- Tampoco puedes estar haciendo reír a la gente todo el día. ¿Cómo desconectas? ¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?
Tengo un niño de 4 años y siempre que puedo estoy con él. Me ayuda mucho a desconectar, y cuando no está él (cuando me deja) pues dormir es otra de mis pasiones. También me gusta mucho tomar un café o una cerveza en una terraza, solo o con amigos, mientras veo pasar a la gente. Soy muy básico y para desconectar lo que necesitas es estar bien contigo mismo.
- ¿Donde te siente mejor? ¿En el teatro o frente una cámara?
Mejor en el escenario y me siento más seguro en él. Después de grabar escenas siempre estoy preguntándome si habrá quedado bien o no, y en el escenario lo ves en el momento. Si haces cuatro gags y la gente no se ríe es cuando dices "esto esta quedando fatal" (risas).
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| El elenco de actores de Maldita Fortuna tras la función. |
- En el teatro no se puede parar para volver a grabar. Personalmente, ¿cómo te preparas antes de salir al escenario? A mi se me costaría evitar que se me escapara una carcajada.
A las previas de Maldita Fortuna te puedo decir que se me ha escapado alguna que otra risa. No conoces a los personajes y los actores son tan buenos que es inevitable. En las primeras funciones si que estas más pendiente del texto y repasas, pero una vez ya tengo el personaje interiorizado y el texto por la mano, no pienso en nada. Hago cuatro bromas con los compañeros y salgo a disfrutar. No me gusta darle muchas vueltas.
- Ya te vimos en "La cena de los idiotas" y ahora se estrena "Maldita fortuna", la nueva obra de Francis Veber. ¿Qué te lleva a interpretar no una sino dos veces a François Pignon?
Bueno en esta obra soy Agustín, no tiene nada que ver con François Pignon, lo que pasa es que Francis Veber siempre que estrena una obra de teatro le pone François Pignon a su protagonista principal por el éxito que ha tenido en anteriores obras. No tienen nada que ver pero son dos personajes muy curiosos, uno por se un idiota de la cabeza a los pies y el otro por ser un pobre desgraciado que está en el paro pero es muy listo y con mucha verborrea.
- Parece que estos François Pignon de Veber todo les sale mal, pero aprendemos grandes lecciones de ellos. ¿Con qué mensaje crees que nos deberíamos de quedar?
Los mensajes de Francis Veber son básicos. En "La cena de los idiotas" te dice que no puedes irte riendo de la gente por la calle creyéndote mejor que otros porque al final hasta un idiota te puede dar una lección de humildad. En "Maldita fortuna", podríamos aprender que el dinero no da la felicidad completa, el dinero ayuda pero no lo es todo. Una vez tienes cubiertas tus necesidades, entonces ya tienes que preocuparte de ser feliz. ¿De qué sirve tener dinero si no lo puedes disfrutar?
- Con los tiempos que corren donde se están destapando muchos casos de corrupción, esta obra nos va bien para reírnos un rato de todo esto. Nos han tomado el pelo y muchos son los que sufren a diario.
La gente ríe mucho y se siente muy identificada. Francis Veber es como un Julio Verne, se ha adelantado en el tiempo porque esta obra la escribió hace unos años y llega aquí justo en el momento que está todo el tema de cuentas en Andorra y Suiza. Incluso me han llegado a decir que mi personaje se parece un poco al pequeño Nicolás, Agustín también se hace pasar por alguien que no es aunque este si que no tiene nada de dinero ni contactos de verdad como Nicolás.
- ¿Qué impresiones tienes después de las primeras funciones? Estando a platea el día del estreno vi que la gente se lo pasó bastante bien y me incluyó.
En los estrenos siempre viene publico de la profesión y gente para analizarte, no es un público "normal" que digamos. Me quedo con las funciones previas donde pudimos ver que a medida que íbamos avanzando la gente se reía más. Las sensaciones son buenas, la obra tiene una hora y cuarenta minutos de duración pero se te pasa volando. Es una obra actual con un elenco de actores maravilloso donde tenemos mucha química entre todos.
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| Fotografía con David Fernández después de la entrevista |
- Por lo que he podido ver, hay mucho dinamismo en la obra y la gente no se va a poder relajar mucho. ¿Qué opinas?
Todo sucede en un mismo piso, no es un vodevil pero si que es verdad que hay mucho ritmo con muchas entradas y salidas de personajes. Francis Veber tiene el ritmo en la escritura y Paco Mir en el montaje, La obra tiene mucho ritmo gracias al trabajo de estas dos personas.
- Después de la obra, que esperemos que tenga mucho éxito, ¿tienes alguna cosita entre manos?
No, de momento quiero esperar a ver como va la obra y luego ya veremos. Tengo alguna cosita pendiente que va a salir en televisión como la colaboración en Sopa de Gansos, también saldré haciendo un pequeño personaje en la nueva serie protagonizada por Antonio Resines
Toda estos nuevos artilugios están en nuestro día a día y su uso se extiende desde los más pequeños de la casa hasta los mayores. Utilizarlos a todas horas puede llevar a la dependencia, cosa que afecta sobretodo a los jóvenes. El mismo ser humano es el que tiene que tomar medidas porque como dice la doctora Rosa María Llorca, jefa del Servicio de Medicina Física y Rehabilitación del Hospital Universitario HM Torrelodones, "disminuye el niveles de concentración y provoca una menor relación con la gente de tu alrededor. Además chatear continuamente a través del móvil pueden derivar en patologías en la muñeca, dedos e incluso el cuello". De forma un tanto original, la revista The Lancet ha bautizado como WhatsAppitis para referirse a la tenosinovitis (inflamación del tendón y de la membrana sinovial que lo recubre) por utilización excesiva del WhatsApp. La "whatsappitis" afecta sobre todo a los pulgares, y sus síntomas son dolor, hinchazón y entumecimiento, que aumentan con el movimiento de los mismos. También pueden aparecer molestias en la muñeca y en los otros dedos por el hecho de sujetar el teléfono durante mucho tiempo.
