No voy a entrar en politiqueo ni hablaré de los independentistas, los españolistas o los que se las trae floja la política en general. Hablaré de lo que en un estado, teóricamente democrático, se ha permitido: querer callar a todo un pueblo y negarles el derecho expresarse libremente. Menos mal, que la gente a pie, unida, vale mucho más que cuatro políticos con corbata. Seguidamente os recorto un fragmento muy curioso de la Declaración Universal de Derechos Humanos que el Partido Popular y Tribunal Constitucional se han querido pasar por el mismísimo forro:
Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión. Este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.
No me entra en la cocotera el porqué de tanta insistencia en las últimas semanas por querer anular una consulta en la que el pueblo de Cataluña SOLO iba a OPINAR sobre como querían que fuera su futuro. No iban a votar ninguna ley. No iban a ser independientes al día después si salía un #SiSi rotundo en las votaciones. SOLO sería una encuesta a gran escala para saber, de una vez por todas, por donde iban los tiros en cuanto a los ideales de los ciudadanos catalanes. ¿Eso es ir en contra de la Constitución? Entonces que no me llame nadie para preguntarme sobre cualquier cosa de interés público porque aún me meterán entre rejas a mi antes que cualquier politicucho corrupto.
Lo que más me sorprende es que se quiera ningunear a esas más de 2.300.000 personas que fueron a opinar en las urnas, después de toda la mierda que se ha tirado encima de esta consulta completamente cívica y legal. Como lo había sido en otro países de este planeta en el que todos luchamos por disfruta de los mismos derechos humanos. ¿En qué país vivimos? ¿En uno que si vas en contra de los ideales de los que mandan te hacen callar? No soy lo suficientemente mayor para comparar épocas, pero lo sucedido estos días ha hecho recordar tiempos peores a mucha gente mayor.
Solo diré un par de cosas sobre el día de ayer. Primero, espero que lleguen muy lejos las firmas que se recogieron para denunciar al Gobierno de este país por querer denegar el derecho de expresión a los ciudadanos catalanes. Y segundo, aplaudo a todo aquel que salió a votar y expresar en una papeleta sus sentimientos. Ayer repetí una y otra vez lo mismo a todos los que me rodean: "No me importa el resultado de las elecciones, sino que quiero que la gente vote en masa para que se den cuenta que nadie tiene el derecho de hacernos callar".
Ya por acabar, me permitiré el lujo de dirigir unas palabras al señor Gómez de la Serna, portavoz del PP en la Comisión Constitucional del Congreso. De acuerdo, acepto su critica por el hecho de que pudieran votar menores de edad (se podía votar a partir de los 16 años), pero que sea racista y denuncié que votaran personas extranjeras, por aquí no paso. Usted es de los que cuando ve a alguien de color o con los ojos rasgados lo tilda de extranjero, ¿no? A lo mejor esa persona tiene más aprecio de la tierra donde vive que usted. Solo podían votar todo aquel con DNI nacional, así que fueron ustedes mismos los que les dieron ese derecho de ser considerados ciudadanos españoles. Y si esas personas residen en Cataluña como su Documento Nacional de Identidad indica, por supuesto que tenían el mismo derecho a votar en la consulta. ¡FALTARÍA MÁS!
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ClapClapClap!!! ������
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