Como dijo hace unos días Marianico Rajoy, "quien la hace la paga". Y si eso se tiene que cumplir a partir de ya, Isabel Pantoja debe ir directa a la cárcel. Si la justicia de este país quiere empezar a ejercer correctamente la ley y de forma equitativa para todo el mundo, la Pantoja debe ir directa a la cárcel. Bueno, si eso fuera así, Isabel tendría que estar entre barrotes hacer días porque el culebrón ya empieza a oler.
La Fiscalía Anticorrupción en Málaga ha rechazado la petición
realizada por la defensa de la cantante para suspender la ejecución de
la pena y su ingreso en prisión. Los argumentos se basan en que la cantante "aprovechó su relación sentimental con
el exalcalde de Marbella Julián Muñoz" (cachuli para todos nosotros), condenado por esta causa también, "favoreciendo la ocultación y opacidad de sus actos". Si a eso le unes que realizó distintos actos de blanqueo
"respondiendo a un propósito bien definido y firme con desprecio
absoluto a sus vecinos de Marbella, al cooperar y
beneficiarse de las arcas públicas del Ayuntamiento marbellí, saqueadas entre
otros por su pareja". Y lo mejor de todo esto es lo siguiente, "ni en el juicio ni después da la más mínima muestra de reconocimiento de error o arrepentimiento". Todo esto y más se puede leer en las 18 páginas de la resolución de esta mañana.
Aunque con la ley bajo el brazo, Isabel cumple las condiciones necesarias que señala el Código Penal para
conceder la suspensión del ingreso a prisión, porque la tonadillera no tiene antecedentes penales. Pero la fiscalía que lleva el caso ha recordado que esta concesión es una potestad del Tribunal y que hay
que tener en cuenta otras circunstancias, como la gravedad de la
conductas y la de La Panto la consideran "incuestionable" al ser provado que tanto ella como su marido "ejecutaron un plan
preconcebido para aflorar dinero y ganancias, de las que ambos
pretendían disfrutar en beneficio propio, procedentes de las
actividades delictivas del exalcalde".
Viendo que el final de este culebrón está al caer, a Isabel Pantoja solo le queda jugar su última carta: interponer un recurso de súplica. No es para desmotivar a todos sus seguidores, pero si la justicia actúa como debe, el mismo Tribunal de la Audiencia Provincial de Málaga, que hoy ha desestimado la suspensión del ingreso, debería de ser firme y enviar a la señora Pantoja a la cárcel por muy famosa que sea. Ella sabía y era consciente de lo que sucedía en su casa, eso de que "ella no se imaginaba que ese dinero que llegaba a casa era dinero corrupto" cuesta de creer. Al final lo que manda es la ley, y si había pensado que se iba a reír de todos los ciudadanos de una población que la adoraba, ahora ese mismo pueblo será la que enseñe los "dientes" con una sonrisa de oreja a oreja por verla entre rejas. Eso es lo querías, ¿no? Pues DIENTES vas a tener.
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