domingo, 16 de agosto de 2015

Se escapó de la cárcel surfeando

Los presos se las han ingeniado de muchas maneras para escapar de las cárceles donde cumplían condena. Pero creo que nunca se habrían propuesto huir de una forma tan molona como este recluso en una prisión de Noruega.

Un preso de la cárcel de Bastoy, situada en una isla cercana a Oslo, logró eludir la seguridad de la isla y escaparse con una tabla de surf que guardaban en el almacén. Consiguió recorrer los tres kilómetros que separan la isla de la costa noruega. La Policía encontró al día siguiente la tabla de surf y varias láminas de madera que cuales utilizó para apoyarse. La dirección de la cárcel explicaba a los medios locales que no se considera peligroso al preso fugado, solo ha sido condenado por violación y tráfico de drogas. Vamos, ¡un santito! 

Las características de Bastoy la convierten en una de las más peculiares del mundo. Seguro que todos cuando pensamos en una cárcel la vemos rodeada de altos muros y con redes electrificadas para que los reclusos no puedan escaparse, pues en Bastoy no existen tales barreras. Las únicas barreras existentes son las creadas por la naturaleza, es decir el agua que rodea la curiosa prisión. Y en cuanto a la forma de cumplir condena es muy pero que muy diferente. En vez de estar encerrados en calabozos individuales y con medidas estrictas, en Bastoy viven en bungalows dentro de un pequeño pueblo basado en la confianza mutua. Son bungalows de 6 habitantes en los que cada preso tiene su habitación propia y comparten las zonas comunes como buenos amigos. 

Esto es vida en Bastoy.
En la isla trabajan 70 personas, la mitad son guardias de seguridad que tienen como tareas básicas contar a los presos, con los que tienen un trato muy personal. Les falta poquito para considerarse amigos. Además, solo son 4 los guardias que escoltan la isla por la noche, 4 guardias para controlar a unos 100 reclusos que son unos bonachones: violadores, asesinos o traficantes. Lo extraño es que en 10 años no haya huido nadie entre tanta bondad.

Según los directores de esta prisión, este centro penitenciario permite a los presos acostumbrarse a su futura vida en libertad y tener una convivencia digna. ¡Venga ya! Pero si incluso esquían, realizan escapadas en bicicleta, salidas a caballo y paseos en piragua. Esto son unas vacaciones pagadas en vez de cumplir una condena, normal que aseguren tener "amplísima lista de espera". Estoy mirándome para irme a pasar unos meses ahí, que aquí en España la cosa está muy mal. 


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