Seguro que estaréis conmigo al decir que los violadores no reciben un castigo justo con el daño que han hecho a sus víctimas. No hay mano dura, sino decidme porque estos criminales salen a la calle tan campantes después de cumplir una irrisoria condena. Tristemente es así aquí y en muchos otros países.
Un hombre en la ciudad de York (Reino Unido) fue absuelto de una acusación de violación. Exculpado porque el juez que llevaba el caso se creyó sus alegaciones, así tal y como os lo cuento. Según contó el violador en cuestión, la supuesta víctima dio consentimiento de mantener relaciones con él. ¿Razones suficientes para el juez? Parece que sí. ¿Se llevó a cabo algún tipo de investigación exhaustiva? Me da a mí que no. Eso sí, impusieron a este hombre, de identidad desconocida por motivos legales, una orden judicial un tanto cómica. La medida le exige la "notificación a la policía con 24 horas de antelación" que planea tener relaciones sexuales. La orden señala que “debe revelar los detalles de cualquier mujer incluyendo su nombre, dirección y fecha de nacimiento”.
¿Qué os parece? Lo dejan libre de cargos, pero debe planificar sus relaciones sexuales. Es decir, si tiene un calentón debe hacer esperar a la chica las pertinentes 24 horas y enviar toda la documentación requerida. Luego, si la chica aún sigue teniendo ganas de acostarse con él ya es otra cosa. Porque vamos, a ver qué mujer querría acostarse con un hombre que les dice “espera mujer que soy un presunto violador y tengo la obligación de avisar a la policía antes de acostarme con alguien”. El 99% de las mujeres habrán saltado por la ventana antes de que este haya dicho la última palabra, el 1% restantes serán aquellas que les van las emociones fuertes.
Estas órdenes de riesgo sexual fueron instituidas en Inglaterra y Gales en marzo de 2015, son medidas de carácter civil impuestas por jueces a solicitud de la policía. De momento este hombre deberá cumplir durante cuatro meses las medidas propuestas por el juez, luego en una audiencia judicial decidirán si extienden el castigo. Este puede ir desde los dos años de duración hasta incluso ser una orden de por vida.
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