Supongo que todos los fanáticos de la programación del canal MTV España sabréis de lo que hablo cuando me refiero a los casos expuestos en “Catfish: Mentiras en la red”. De no ser así, en este programa se destapan todos esos mentirosos que rondan por las redes sociales, esos que fingen ser otra persona para enamorar a personas inocentes que se creen todo lo que les dicen pecando de buena fe. A menudo las redes sociales son utilizadas por mentes retorcidas, esa es la realidad. La protagonista de la siguiente noticia desenmascaró ella misma a la persona que le mentía y, aunque nos queramos poner en su piel, no tiene que haber sido sencillo afrontar la realidad.
Gayle Newland |
Gayle Newland, británica de 25 años, se creó el perfil de un hombre en Facebook con el objetivo de acercarse a una de sus mejores amigas para… ¡tener una relación con ella! En 2011, Gayle mandó una solicitud de amistad a su amiga bajo el nombre de Kye Fortune. Un hipotético hombre que encandilaría a la su inocente amiga, así Newland podría llevar a cabo su retorcido plan.
Durante dos años mantuvieron conversaciones diarias a través de Internet. En ese tiempo no llegaron a verse en persona porque “Kye” se excusaba en que había padecido un grave tumor cerebral que había dejado enormes cicatrices desagradables en su cara. Dos años hablando con un desconocido, pero la pobre chica estaba coladita y quiso armarse de valor para verlo sin importar “una cara desfigurada”. Así que un día quedaron en un hotel de la población de Chester pero tendría que seguir una norma básica impuesta por Kye Fortune: llevar los ojos vendados. Un curioso encuentro sexual que funcionó, la impostora utilizó una prótesis de pene y parece que su amiga no se dio cuenta. Una de dos, o se había acostado con pocos hombres o se dejó llevar tanto por el momento caluroso que no se fijó en el “pequeño detalle”. Ese tipo de cita la repitieron varias veces hasta que un día sucedió lo que tenía que pasar. Una noche la víctima se quitó la venda de los ojos sin querer y descubrió que quién estaba en frente era su mejor amiga Gayle. Su hipotético novio era en realidad su amiga. El colapso que vivió la pobre chica en ese momento es difícil de describir incluso por ella.
Y digo yo, ¿no habría sido más sencillo encarar el tema y decirle a tu amiga que eres lesbiana y te gusta? El no ya lo tienes y su respeto lo tendrías de por vida. Porque como buena amiga sabrá como decirte que ella solo ve una amistad entre vosotras. Una amistad que seguro que nunca se hubiera roto de no ser por el descabellado plan de Gayle. Una amistad sin confianza, no es nada. Ahora mira como ha acabado esta chica, que se enfrenta a cinco años de cárcel por asalto sexual. Con este tipo de jueguecitos cibernéticos siempre hay alguien que sale mal parado, hasta el punto que puede afectarles el resto de sus vidas. A esta pobre chica le va a costar confiar en desconocidos y socializarse con el mundo exterior.
Otros artículos:
No hay comentarios:
Publicar un comentario