La gran mayoría de personas que se casan se pegan el fiestón padre después de darse el "si quiero" en el altar. Hay algunos que la ceremonia de la boda se les hace eterna solo de pensar en la barra libre de bebidas que les espera esa noche. Es más, hay algunos que incluso llegan a envidiar al cura cuando pega el sorbito de vino. Pues el protagonista de la historia diríamos que es un claro ejemplo de ello.
La novia declarando a la policía tras lo acontecido. |
Mark Williams, de 33 años, estaba de celebración: se acababa de casar. Desmadre por todo lo alto, es decir lo que viene siendo el típico desmelene de gran parte de invitados y asistentes a la fiesta post boda. ¿Quién le iba a decir que esa noche la acabaría pasando en el calabozo? Según he podido leer en el NY Daily News, Mark se pasó de la ralla con una de las camareras del convite. Diríamos que fue más cariñoso de lo socialmente permitido, más sabiendo que ella estaba embarazada y su pareja estaba entre los asistentes a la fiesta. Bien Mark bien, jugándote que te partan la cara y que tu mujer anule el enlace. La mujer no lo ha dejado que yo sepa, pero el novio de la camarera y Mark se enzarzaron en una pelea. El detonante fue que Williams quiso obligar a beber alcohol a la pobre camarera.
Llegó la policía y el fiestón se acabó rápido. Mark fue acusado de los cargos de motín, acoso y resistencia a la autoridad en el momento del arresto. El hermano de este, David, también fue arrestado por agredir a dos policías y romper una luna del coche.
Imagen de los recién casados justo después del enlace. |
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