Los funcionarios públicos son ese grupo de profesionales tan criticados en estos tiempos que vivimos. Sobre ellos caen topicazos como que son unos vagos o que cobran demasiado por no hacer nada, pero es que en España son más de 3.000.000 los trabajadores en las administraciones públicas. Claro, se ve como un gran chollo el hecho de tener trabajo asegurado y eso pica mucho cuando el paro en este país está como está. Generalizar no es bueno, porque no todos son “poco profesionales”. Todos tenemos al típico compañero holgazán o que coge bajas laborales a diestro y siniestro, y no por eso todo el departamento tiene un rendimiento bajo. La cuestión recae en que estos trabajadores cobran de dinero público, es decir del bolsillo de los contribuyentes, y entonces todos nos creemos tener la potestad de valorar su nivel de trabajo.

Menudo nivel de autocrítica que ha mostrado Marios, ¿no? ¿Cuántos harían lo mismo en su misma situación? ¿Renunciaríamos a nuestro sueldo de saber que no somos rentables para nuestras empresas? Creo que la gran mayoría calentaríamos bien la silla no fuera a ser que dejáramos de perder un euro por el camino. Algunos, unos valientes a mi modo de ver, dejarían ese puesto de trabajo renunciando el sueldo correspondiente para trabajar en algo que les llene.
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