Un seguidor del Leicester puede ser millonario por una apuesta que parecía absurda

Soy de los que piensa que el azar o la suerte no se puede buscar con ansía, es el mismo azar que encuentra a esa persona afortunada. Si se juega a la lotería, se realizan apuestas o entras en un casino, ya tienes que ir con la premisa de que tienes una alta probabilidad de perder ese dinero. También es verdad que para que te toque algo se tiene que jugar, siempre con cabeza eso sí.

Leigh Herbert, un carpintero británico de 38 años, es seguidor del Leicester, el sorprendente líder de la Premier League inglesa. Hasta aquí todo sería normal, pero Leigh decidió apostar pasado verano a que Leicester sería el campeón de la Premier League 2015-16. En ese momento era una apuesta completamente perdida, el Leicester salvó la categoría casi in extremis la temporada anterior. Muchos e incluso él mismo dieron esas 5 libras por malgastadas. Todo fue por culpa de un arrebato durante una noche de copas con sus amigos, y mira tú por donde ahora el equipo de sus amores… ¡está líder! De acabar así la liga, Leigh ganaría 25.000 libras (32.000 euros aproximadamente). Cuando él hizo la apuesta, esta se pagaba a 5.000 libras por cada libra apostada.

Leigh Herbert en declaraciones a medios locales.

Ahora el marrón os podéis imaginar quién lo tiene, ¿no? Exacto, la casa de apuestas. Las alarmas se han encendido y ya han contactado con Leigh Herbert para proponerle una contraoferta. Si este anula la apuesta, le darán 3.200 libras (unos 4.100 euros). Pero Leigh lo tiene claro, “creo en los cuentos de hadas, mantengo mi apuesta y a ver si acaba bien”.  Tendrá que esperar 13 jornadas más para ver si el equipo que entrena Claudio Ranieri se lleva el título de campeón, ese día ese humilde carpintero lo celebrará doblemente seguro.

¿Qué haríais vosotros? ¿Os quedaríais la apuesta o la cancelaríais a cambio de un buen montante de dinero? Yo soy un soñador, así que pensando que Leigh ya daba por perdidas esas 5 libras, ¡qué más da! Esperar un poco más y tener la posibilidad de recibir una lluvia de dinero no tiene precio.

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