Despertar tras la Guerra, perdón, Verbena

Son las 9.00 a.m, me dispongo a salir a la calle con cautela, se respira aún los restos de la pólvora de los petardos. En las últimas horas estas calles eran campos de batalla, la diferencia es que la mayoría de los soldados en estas guerras callejeras eran menores de edad cargados de munición en sus mochilas o bolsillos, y muchos de estos actuando, o mejor dicho, combatiendo sin la supervisión de un adulto. 

Tipo de pirotecnia de nivel I y II

La legislación vigente en Europa divide en 3 niveles las clases de petardos, y en cada uno de estos la edad para poder adquirirlos. En España somos la ostia, nuestros hijos están más preparados que cualquier otro, son auténticos Rambo. Entonces en el Gobierno de Valencia se aprobó que los niños de 10 años puedan explotar petardos de nivel 2 (chinos, tracas de minipetardos, artículos voladores) siempre y cuando hayan tenido una formación antes de utilizarlos, cuando en Europa se requieren 12 años. Chapeau! ¿Os creéis que todos los críos tienen el certificado?

No voy a poner a todos los padres en el mismo saco, pero... pude observar a algunos menores de edad manipulando explosivos dignos de tropas de asalto, ese tipo de petardos que en la caja solo van 4 unidades y al padre del joven le ha costado 15€. Para eso está papaíto, que al dependiente de la tienda le asegura que estará supervisando a su hijo mientras se divierta con los petardos, pero claro, papaíto se cansa, y deja al niño, convertido en terrorista por unas horas, que se divierta con su escuadrón. Josete! Quédate por el parque que yo voy a ese bar de en frente, estaré en la terraza, vale? le dice papaíto a su hijo. Entonces, Josete de 10 años, se encuentra con una bolsa llena de petardos, sin tener conciencia del peligro que llevan en su interior. A explotar cosas se ha dicho! Petardos a volar! A esa hora, si tienes munición quédate en la calle, sino la mejor opción será mejor resguardarse en casa, no es momento para sacar al perro o llevar a tu chica de paseo a la luz de la luna. Se hace de noche, y al igual que los Gremlins cuando se les tira agua, los niños pasan a ser completos terroristas en potencia a medida que pasa la noche y los papis se relajan.

Recuerdo que 2 niños de entre 12 y 15 años, fueron acusados de provocar un incendio en Barx (Valencia) que quemó 266 hectáreas de terreno el pasado marzo, el posible causante del incendio fueron unos petardos. ¿Dónde estaban los padres? El pasado verano, 270 personas fueron atendidas por quemaduras de petardos en Catalunya, según aseguran las entidades sanitarias la mayoría eran menores. Y el pasado sábado, lamentablemente un chiquillo de 10 años murió en Alicante, alcanzado por el estallido de un petardo dentro de una lata de refresco, causándole una fuerte hemorragia.

Esta festividad para la noche más corta del año no se debe de cancelar, pero si habríamos de concienciar más a los compradores de petardos, que lo que compran es peligroso dependiendo del uso que se le dé. ¿Fiesta en familia y amigos o inconsciencia y descargas de ira contenida? Reflexión para el año que viene, eso es lo que pido.