jueves, 19 de febrero de 2015

Prohibido el palo para selfies en algunos estadios y museos

El palo extensible para realizar selfies fue sin lugar a duda el producto que más se regalo las pasadas navidades. Si ya preocupaba el hecho de ver gente haciéndose auto-fotos, ya solo faltaba el dichoso palo. Ahora con este palo los amantes de las selfies consiguen hacerse una autofoto ampliando el campo de captura de la fotografía. Es decir, pueden salir más personas haciendo morritos o el burro. Pero, ¿habríais pensado que se podría interpretar como un arma peligrosa?

Si que es verdad que a veces he sentido el temor de que me saquen un ojo con tanto palo de selfies por la calle. La mayoría que los usan se creen que están solos por la calle, no piensan que llevan un palo de más de medio metro sino con salir bien en la foto. Pues en Inglaterra ya han empezado a tomar medidas sobre el uso de este artilugio en algunos lugares públicos.

En los estadios de fútbol como los del Arsenal o el Tottenham, equipos de la Premier League, queda terminantemente prohibido el acceso al interior del estado con el selfie stick (palo de selfie) por considerarlo un arma peligrosa y arrojadiza al campo de juego. Hombre, puestos así, que me quiten la calderilla que llevo encima cuando acceda al campo, no vaya a ser que me de un arrebato y lance una moneda.

Algo parecido han comenzado a hacer algunos museos importantes como el MOMA de Nueva York, el Museo de Bellas Artes de Boston o el Getty Center de Los Ángeles. La razón por la que no dejan entrar con el palito es que no quieren que los usuarios puedan dañar las obras de arte que se expongan en las salas.

Podemos entrar un poco en paranoia si empezamos a pensar en cuantos accidentes podrían ocurrir usando el palo de selfie, así que mejor un consejo y menos prohibiciones: usar el palo de selfie debidamente y respetando la gente de vuestro alrededor.

Igualmente yo lo veo de poco uso, a lo mejor es que yo soy un poco nostálgico pero, ¿no os gustaba más que un desconocido os hiciera una foto? Ese desconocido que encuadraba mal la foto, o ese otro al que desde el primer segundo que le dejasteis la cámara ya pensabais "este fijo que se va corriendo con ella". Qué tiempos aquellos...

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