Hay ciertas cosas que no deben dejarse al alcance de los más pequeños de la casa. Normalmente se piensa en guardar bien los medicamentos, instrumentos punzantes o con los que se puedan cortar y las cosas frágiles que puedan romper fácilmente. Pero, ¿quién pensaría en esconder dinero? De acuerdo, lo esconderíais por miedo a que entrara cualquier ladrón pero no por si vuestro hijo lo coge y se va a la fuga a una isla paradisíaca. Por favor, que son niños…

El chaval se había adueñado los ahorros de su abuela, un buen montante de dinero que iba a ser invertido para varios cuidados médicos que precisaba la pobre mujer. ¡Menudo disgusto! Ahora los padres del menor están haciendo todo lo posible para recuperar la mayor cantidad de dinero posible. Seguro que no solamente han aprendido ellos una valiosa lección, sino que todos los que hayamos leído esta noticia deberíamos tomar nota. Con el dinero no se juega.
Otros artículos: